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Cocina española

La historia del churro de Madrid al mundo

La historia del churro, ese delicioso manjar crujiente por fuera y tierno por dentro, es tan rica y variada como su sabor. Aunque su origen exacto es motivo de debate, muchos historiadores coinciden en que los churros fueron introducidos en la Península Ibérica por los pastores nómadas. Estos, necesitando un sustento fácil de preparar y conservar en sus largas travesías, dieron con la receta de esta masa frita. Sin embargo, fue en Madrid donde los churros encontraron su hogar y se convirtieron en un símbolo indiscutible de la cocina local.

La popularización de los churros en Madrid puede rastrearse hasta el siglo XIX, cuando comenzaron a ser vendidos en las calles y mercados por vendedores ambulantes. Su accesibilidad, economía y sabor los hicieron rápidamente populares entre todas las clases sociales. La tradición de acompañarlos con chocolate caliente se convirtió en un ritual matutino para muchos madrileños, consolidando aún más su estatus icónico.

Con el paso del tiempo, los churros cruzaron fronteras, llevados por la diáspora española y los viajeros internacionales. Hoy en día, se pueden encontrar variantes de churros en América Latina, Estados Unidos, Filipinas y más allá, cada región aportando su toque único a la receta tradicional.

Las recetas de churros han evolucionado desde su concepción. La receta tradicional madrileña consiste en una masa simple de agua, harina y sal, extruida a través de una churrera para formar largas tiras que se fríen en aceite caliente hasta que están doradas y crujientes. Se sirven espolvoreados con azúcar y, opcionalmente, canela, acompañados de una taza de chocolate caliente espeso.

En contraste, las versiones modernas han experimentado con ingredientes y presentaciones. Los rellenos como dulce de leche, chocolate y crema pastelera se han vuelto populares, así como las coberturas innovadoras que incluyen glaseados de sabores y toppings variados como frutas frescas o trocitos de galleta.

La historia del churro es un testimonio de cómo una simple masa puede trascender culturas y evolucionar con el tiempo. Desde las calles de Madrid hasta los rincones más lejanos del mundo, los churros continúan siendo un símbolo de unión y celebración, adaptándose y reinventándose sin perder su esencia. Ya sea en su forma tradicional o a través de interpretaciones modernas, los churros siguen conquistando paladares y corazones alrededor del globo.